Buceo bibliográfico, navegación webográfica y surfeo digital


El jueves pasado en una clase de la carrera de Relaciones Públicas sobre web social comentaba sobre los beneficios de la red a la hora de buscar información y de la reputación digital. Allí mientras hablaba me di cuenta que me había pasado al rol de bibliotecario al explicar las estrategias de búsqueda en la web. En defenitiva uno no puede ir separando los roles puesto que el conocimiento es interdisciplinario. 

Una alumna interrumpe la clase y me comenta que para ella los profesores deberíamos estar unificados en lo qué (y cómo) enseñamos. Le pregunto qué quiere decir y me contó que un profesor de metodología de la investigación da en la materia "buceo bibliográfico", haciendo hincapié en la búsqueda de material bibliográfico. "Tienen que ir a la biblioteca, como yo lo hago". Pareciera que lo que está en los libros es el conocimiento válido. Y la biblioteca el templo del conocimiento. 

Conozco varios profesores, investigadores (de nivel universitario) y alumnos que piensan de esta manera (algunos de la carrera de bibliotecología): lo que está en digital tiene menor validez que el material impreso. Como si el soporte fuese lo que indicaría la calidad en la construcción del conocimiento.

Según ella, el profesor no habló, ni siquiera les dio un texto sobre búsquedas en Internet, ni que hablar de cómo utilizar los buscadores, ni siquiera cómo realizar citas de recursos elctrónicos. 

La alumna me expresó:

- No entiendo. Cuando hago un trabajo busco todo en Internet, incluso para él y el profesor no deja de hablar de la biblioteca es la etapa central en la búsqueda de información.

Buceo Bibliográfico

Veamos la definición de bibliografía y su anclaje en lo librezco:

se considera a la "descripción, conocimiento de libros, de sus ediciones, etc."  o la "relación o catálogo de libros o escritos referentes a una materia determinada". (RAE)

Y bucear:

explorar acerca de algún tema o asunto material o moral. (RAE)

Me quedé pensando que la idea de "buceo bibliográfico". Está totalmente acentada en el libro como soporte central a la hora de la búsqueda de información. Obviamente que la idea de bibliografía está basa en el formato "libro". Bucear es un deporte, pero me llevé la sorpresa que la Real Academia Española le da una significación sobre la exploración temática. 

Aún en este siglo XXI sigo encontrando en los libros, tesis, monografías y artículos la palabra "bibliografía" al final de los textos y me encuentro con una lista de libros que el autor (o autores) utilizó para realizar su trabajo. De todas maneras, entre ellas aparecen intercaladas cada vez más direcciones web de artículos en blog o de páginas web. Pero eso no se puede llamar un "recurso bibliográfico".



Navegación webográfica


La metáfora que aparece vinculada con la estar en la web es "navegación", que sí tiene una definición en la RAE.

Desplazarse a través de una red informática. (RAE)

He visto en algunos trabajos un listado separado de recursos web llamado "webografía". Pero en la mayoría solamente aparecen páginas web y no textos propiamente dichos. 


Webografía:
aunque no tiene deficinición en la RAE encontré una definición: "es un listado o referencia a modo de bibliografía de sitios webs, blogs o portales de internet".

Por lo tanto la hora de buscar información en la web lo que estamos haciendo es "navegación webográfica", que es la identifiación y almacenamiento de la recursos web para la realización de un trabajo.


Me pregunto a esta forma de presentar los recursos utilizados: ¿se llamar "bibliografía" a un recurso cuando cito un post de un blog ¿Es el término "webografía" el más adecuado?. Si cito un comentario en un "foro de discusión" que es relevante para mi investigación, dónde lo pongo?. Lo que pasa que todavía estos procedimientos están anclados en la cultura librezca.


Surfeo digital

Pero hoy no podemos hablar de "navegación".  En español llamamos "navegar" al acto de estar en Internet, pero en inglés informalmente se dice "surfing". A mi la metáfora "Navegar" no me convence mucho. Estar o ser en la red es como usar una tabla de surf: la idea es aprender a manter el equilibrio ante las infinitas olas informativas que genera Internet. Como bibliotecarios y educadores deberíamos enseñar a surfear, a que otros disfruten la modalidad saltarina y la atención fragmentaria que nos ofrece la red. Y ahí es donde se produce el conocimiento y el aprendizaje en el siglo XXI, cuando entramos en contacto con el desplazamiento permanente. Ya deja de ser una cuestión de soporte, sino una cuestión de actividad. Aguante el surf.




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